Donar mi tiempo me transformó: la historia de Sigrid en Fundación Hogar Dulce Hogar

Hola, soy Sigrid Vivo. Soy Dra. en economía, de nacionalidad española, y hace cuatro años llegué a México. Al poco tiempo de instalarme, supe que la Fundación Hogar Dulce Hogar buscaba personas que quisieran donar su tiempo para apoyar a niñas y niños en tareas escolares. Siempre me ha gustado enseñar, y no había nada que me hiciera más ilusión que dedicarme a eso.

Lo que no imaginé fue que esta experiencia me cambiaría profundamente.

Aunque yo llegué con la idea de ayudar, la realidad es que ellos también me han ayudado a mí. Son niñas y niños empáticos, agradecidos, educados y con una motivación enorme por aprender. Lo único que necesitan es un poco de tu tiempo y atención. Cuando se los das, florecen.

Durante estos cuatro años he aprendido muchísimo de ellos. Verlos avanzar, descubrir sus talentos, sus intereses y sus emociones ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. El vínculo que se genera es muy especial. Ellos no olvidan nada: recuerdan tu nombre, el de tus hijos, las conversaciones y las actividades que compartieron contigo. Se ligan emocionalmente a ti, y tú a ellos.

Recuerdo con especial cariño el caso de Adalid, un niño de ocho o nueve años que no había estado escolarizado y que había trabajado en la calle. En una semana, aprendió a leer. Fue increíble ver su entusiasmo y sus ganas de aprender. También me ha tocado acompañar a niñas y niños que han llegado con mucho dolor, con episodios de violencia o frustración, y que poco a poco han aprendido a enfocarse, a confiar y a disfrutar de aprender. Niños que al principio no podían estar sentados ni cinco minutos, ahora pueden trabajar con alegría y concentración durante una hora completa.

La Fundación Hogar Dulce Hogar es verdaderamente una casa. Aquí las niñas y niños reciben cariño, alimento, educación de calidad y una atención personalizada. La pedagoga que los acompaña conoce a cada uno profundamente y me guía para que pueda adaptar mis estrategias y enfocarme en sus necesidades específicas. Gracias a ella he podido trabajar con niños que requieren más apoyo escolar, diseñando pequeñas rutas pedagógicas para ayudarlos a avanzar.

Aquí se trabaja con el corazón. Las necesidades emocionales y educativas de cada niño son atendidas con cuidado, y eso hace toda la diferencia. Ver su evolución mes a mes es algo que no deja de emocionarme.

Cada minuto que he invertido en este lugar ha valido la pena. El cariño que he recibido de los niños, su gratitud, sus logros, han superado cualquier expectativa. Poder formar parte de su crecimiento ha sido, sin duda, una de las experiencias más bonitas y significativas de mi vida.

Si estás pensando en donar tu tiempo, te animo a hacerlo. No solo estarás ayudando a transformar la vida de una niña o un niño: también transformarás la tuya.

Si deseas apoyarnos con la compra total o parcial de alguna de las listas de útiles escolares para el ciclo 2025–2026, puedes descargarlas en el siguiente enlace:

https://drive.google.com/file/d/1Ddy1VEr0OF0fDXxbh9pScsVLo1N4-baz/view?usp=sharing